Por enésima vez los trabajadores del Ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto, exigen el pago de sus salarios devengados en esta quincena a través de un plantón muy numeroso.
El el día de ayer en la mañana, se veía a cientos de empleados enojados, porqué nuevamente José Esquivel Vargas, incurre en la violación a sus derechos laborales.
Nadie da la cara, ni siquiera para darles una explicación por la imputabilidad en que incurren otra vez, ni José Esquivel Vargas, en su carácter de Presidente Municipal, ni Melchor Gómez, como tesorero municipal y ni regidora Mary Hernández, de la comisión de trabajo y previsión social, quien en aras de sus intereses personales, prefirió deshacerse de este conflicto y ahora anda en plena campaña electoral, buscando ser la próxima presidenta municipal.
Éste «desnutrido e imberbe» ayuntamiento, descompuesto y desconcertado — según la gente– en reiteradas ocasiones se ha pasado por el arco del triunfo las normas laborales.
Habría que sugerirles ha sus asesores, que revisen y lean lo que dejó bien definido el Lic. Jorge Carpizo, ombudsman en 1993, cuando argumenta : » Que todo hombre por el sólo hecho de serlo, tiene el derecho a llevar una vida digna ; es decir, una vida con satisfactores económicos, sociales y culturales suficientes que les permita realizarse como seres humano y ser útiles a sus comunidades » este principio se la pasan sin ningún recato .
Así mismo, los legisladores constituyentes de 1917, tenían como prioridad en su agenda nacional , el tema de la protección de los derechos, concretamente de los más desfavorecidos, que más adelante quedó asentado en el artículo 123 de nuestra carta magna.
Para abonar y aumentar más el caudal de argumentos, nos remitimos a la opinión destacada del jurista y académico Mario de la Cueva y de la Rosa, según él » El derecho laboral, es una etapa fundamental en la lucha por la libertad, la dignidad individual y colectiva, para encaminarse a la conquista de un mínimo de bienestar, entonces hay que resaltar que para él,desde su posición como abogado, entiende que el derecho del trabajo fue diseñado como un alto valor universal que implica e impacta como un derecho humano.
Éste derecho humano lo encontramos en el Artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos , el cual señala categóricamente, el marco exacto, que ampara obligatoriamente a todas las autoridades e instituciones públicas, para que se se ajusten a lo dispuesto por este texto constitucional.
Sin embargo, también hay que reconocer que la reforma laboral del 2011, sin medias tintas responsabiliza a todas las autoridades e instituciones en la esfera de sus atribuciones y competencias, de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, en este sentido el Ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto, ha quebrantado y conculcado muy evidentemente todos los principios que regulan y sostienen el derecho laboral, como derecho humano en el campo burocrático.
Hay que tener en cuenta que el derecho burocrático, como tal, aborda desde diferentes aristas muchos retos que invariablemente entretejen las relaciones de trabajo de los individuos, con las instituciones públicas, encargadas de la protección y defensa en el ámbito laboral.
Hasta cierto punto, las autoridades locales han corrido con suerte, toda vez que los trabajadores no han acudido a los órganos jurisdiccionales, que tienen la obligación de impedir abusos sistemáticos y el deber de impartir justicia con perspectiva de derechos humanos.
Desde luego, los derechos de los trabajadores, dispone de un sin fin de instrumentos y mecanismos de exigibilidad, entre los cuáles podemos mencionar algunos, como los convenios con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), diversas recomendaciones, declaraciones y observaciones de otros organismos internacionales y de la ONU.
Éste Ayuntamiento local, tiene que asimilar, que el derecho de los trabajadores, tiene que ser en condiciones justas, equitativas y favorables, sin embargo esto no ocurre y ni ocurrirá, en virtud de que ni los miembros del cabildo salen en defensa de sus trabajadores, tal vez, los tienen maniatados y en aras de sus altos emolumentos, prefieren esconder la cabeza como los avestruces.
Nada les importa, a pesar de los avances en esta materia en el país , son indiferentes, ignorantes, desalmados y represores, en consecuencia hasta les vale un comino el desarrollo profesional y productivo de sus recursos humanos.
Creó que habría que presentar, si alguien se atreve, una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos a nivel estatal y nacional, porque existe un programa de atención a los, asuntos relacionados con los derechos humanos en el perímetro laboral/social , que fue establecido y estructurado, a raíz de la reforma constitucional del 10 de Junio del 2011.
Hasta antes, de esta reforma constitucional, existía restricciones legales, que impedían la intervención de los organismos de protección de los derechos humanos en materia laboral.
Con el ánimo de aportar y abundar en este sentido, nos remitimos al criterio de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación que a la dice » El derecho burocrático se perfila como una rama autónoma, que evoluciona a partir del administrativo y tiende a asemejarse y relacionarse al laboral, por lo tanto tiene su fundamento en el artículo 123 Constitucional.
Muchos teóricos del derecho, sostienen que el derecho laboral, es una aportación del derecho mexicano al mundo.
El nacimiento del derecho laboral, fue en el sexenio del Presidente Adolfo López Mateos, como un reconocimiento y a la vez un acto de justicia social, para todos los trabajadores que prestan sus servicios, por eso surge la necesidad e idea de regular constitucionalmente, las relaciones entre el estado mexicano y sus trabajadores.
A partir de lo dispuesto en este hecho histórico, nació el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, posteriormente se promulgó la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado en 1963.
YUUM B’OOTIK SUKUNES.
Alfaro Yam Canul, escribiente indígena Maya Cruzo’ob, descendiente directo del combatiente de la guerra social maya teniente Ladislao Yam y defensor de las tradiciones, usos y costumbres de la Ciudad Sagrada agrada de Noh Cah Santa Cruz Balam Nah Kampocolché.
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